La lluvia fina empieza a calar. Del presidente de EE UU Barack Obama a la canciller alemana Angela Merkel, de la UE al Banco de España, pasando por el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, el mensaje se repite: no son tiempos de salarios estratosféricos ni de beneficios que rozan la obscenidad
En España, la petrolera Repsol YPF, ha sido la primera gran compañía en recoger el guante. Su presidente, Antonio Brufau, ha comunicado a la plantilla -37.600 empleados- que ha decidido, empezando por él mismo, congelar el salario de los 300 directivos que componen la cúpula de la multinacional. El del primer ejecutivo ascendió a 2,6 millones de euros en 2008 por todos los conceptos. Es un gesto que, junto a otras medidas, apunta al ahorro como objetivo fundamental en los próximos meses.
Con ese fin, en Repsol YPF se han reducido ya en un 10% los llamados "gastos gestionables" previstos para 2009 y con ese fin se van a revisar todas las compras y contrataciones de la compañía. Hasta el último euro cuenta en un grupo cuyo Plan Estratégico 2008-2012 prevé inversiones de más de 32.000 millones.
En la carta enviada por Brufau a los empleados y directivos se justifican las medidas de ajuste. "Nos encontramos", explica el presidente de Repsol YPF, "ante un escenario global de crisis extremadamente extendida y profunda, y ello nos obliga, como gestores y empleados de una gran empresa como la nuestra, a concienciarnos de las actuales dificultades del entorno y a fijarnos nuevas metas de mayor exigencia y responsabilidad".
Apretar hasta donde se pueda. Ése es el objetivo. El comité de dirección de la petrolera ha pedido a todos los directores de área que revisen sus actuaciones y presupuestos para el año en curso. Porque la crisis arrecia y los precios del crudo, los mismos que llevaron los beneficios netos de los nueve primeros meses de 2008 a 2.816 millones, con un crecimiento del 15% respecto al mismo periodo de 2007, ya no son lo que eran. El barril de petróleo, que en julio del año pasado llegó a costar 147 dólares, ronda ahora los 40. Son malos tiempos.
Con un escenario de precios a la baja y de menor consumo, Brufau quiere que cada contrato firmado y cada euro gastado se acomode a la nueva y desfavorable coyuntura.
Desde diciembre se mira con lupa cuánto y en qué se gasta. El resultado, según detalla la carta de Brufau, es que se ha reducido "en 1.500 millones el presupuesto de gastos gestionables e inversiones inicialmente previsto para el ejercicio 2009". Esos 1.500 millones, según fuentes de la empresa, son aproximadamente un 10% del presupuesto de gastos previsto para el año. Pero lo hecho no es suficiente. Brufau quiere más. "Todos nosotros debemos realizar un intenso trabajo de revisión de todas las compras y contrataciones de Repsol". Traducida, la orden quiere decir que hay que apretar más en los próximos meses. Y que donde se pueda obtener una rebaja, se actúe.
La estrategia de ahorro, ajuste y ejemplificación no debe afectar al Plan Estratégico. Así lo dice Brufau a los empleados, aunque es un mensaje destinado también a los mercados, muy sensibilizados con cualquier decisión que pueda afectar al valor de la compañía. Repsol, dice Brufau, no renuncia a los objetivos aprobados: desarrollo de proyectos clave con desinversiones en los activos de menor rentabilidad.
Para concretar los buenos propósitos con los que sobrellevar la crisis, Repsol YPF ha decidido crear un departamento centrado en la tarea de ajuste. Será una Oficina de Seguimiento de Gastos e Inversiones que tendrá como misión "identificar y realizar el seguimiento de las diversas iniciativas de reducción de inversión y gastos, a sí como reforzar y promover su aplicación". A Dios rogando, pero con el mazo dando.
Las recomendaciones de Brufau llegan en medio de la incertidumbre general. No se sabe cómo evolucionará el precio del crudo, ni cómo van a encarar el futuro los países con más reservas, caso de Libia, muy afectados por la inestabilidad en Oriente Próximo. Por no saber, nadie sabe qué sucederá de aquí al verano.
La compañía destaca que las recomendaciones de ahorro de Brufau tienen más que ver con la solidaridad social que con la situación económica de la empresa "saneada, con beneficios y con buenas perspectivas".
lunes, 2 de febrero de 2009
Caja Madrid advierte de que su morosidad llegará al 7%
La crisis hace mella en el resultado de la gran banca española. Las cinco entidades más grandes -Santander, BBVA, La Caixa, Caja Madrid y el Popular- han cerrado 2008 con unos beneficios netos de 17.590 millones, lo que representa una caída del 19,3% frente a las ganancias récord de 21.794 millones de euros de 2007 condicionados por la necesidad de realizar provisiones por el deterioro económico. La última entidad en presentar resultados ha sido Caja Madrid, que ha visto caer su beneficio neto un 70,6% hasta los 840 millones por el impacto de las plusvalías anotadas en 2007 tras su salida de Endesa. Además, su presidente Miguel Blesa, ha lanzado un claro mensaje de alerta a navegantes al augurar que la morosidad llegará al 7% tras multiplicarse por cinco en el último año hasta alcanzar el 4,87%, por encima del resto de sus competidores.
Blesa ha justificado este repunte a tenor de los datos del paro y la evolución económica; y ha explicado que la mayor morosidad de Caja Madrid proviene de los préstamos a particulares y de las hipotecas. Además, preguntado sobre si la razón podría ser que la entidad concedió más préstamos a inmigrantes que otras, Blesa ha dicho que podría ser, pero no lo ha podido asegurar.
No obstante, a pesar de que Caja Madrid lidera el balance de dudosos en su cartera de créditos, sus previsiones no se distancian tanto de las de su principal competidor, la Caixa, que prevé que la morosidad llegue al 6% en 2009 tras verse multiplicado también por cinco durante el pasado ejercicio hasta el 2,48%. Algo mayor es la tasa del Popular, que ha pasado de tener un 0,83% de su cartera de créditos bajo el epígrafe de dudosos en 2007 hasta el 2,81% a finales de diciembre. A la espera de que el Santander confirme sus datos el miércoles, el BBVA cierra la tabla con un 2,12%.
Volviendo al resultado de Caja Madrid, la caída del beneficio neto atribuido se debe a que en 2007 la entidad logró un resultado récord de 2.861 millones de euros, al que contribuyeron de manera notable las plusvalías de 2.333 millones que ingresó por la venta de su participación en Endesa y otros extraordinarios. A cierre de 2008, la entidad tenía un volumen de negocio de 273.900 millones de euros, un 7,8% superior al de 2007, al tiempo que sus niveles de solvencia se mantenían "sólidos", explica la caja, con un Tier 1 -ratio que mide los recursos propios de mayor calidad- del 7,5%, y una posición de liquidez que superó los 9.000 millones de euros.
El Santander sufre con el caso Madoff
Con estos resultados, la clasificación por beneficios de la banca española la abre un año más el Santander, que ganó 8.876 millones en 2008, un 2,03% menos que en 2007 por el impacto del caso Madoff en sus cuentas y las provisiones por la inversión en RBS y Fortis, entidades que se han hundido en Bolsa. No obstante, el beneficio del negocio típico creció un 9,4%. Asimismo, aunque el balance de 2008 representa su primer descenso de ganancias desde 2002 y no cumple la promesa de llegar a los 10.000 millones, el banco de Emilio Botín se pone a la cabeza del ranking mundial por beneficios, a la espera de conocerse lo hecho por el HSBC y otros bancos chinos.
Por detrás del Santander, el BBVA cerró el año con unas ganancias de 5.020 millones de euros, un 18,1% menos, aunque al igual que su principal competidor tuvo un beneficio recurrente (sin extraordinarios) un 0,2% superior, hasta los 5.414 millones.
En la misma línea, la Caixa, tercera entidad financiera, obtuvo en 2008 un beneficio neto de 1.802 millones, lo que supone un descenso del 27,6% con respecto a 2007, cuando ganó 2.488 millones, por el empleo de los resultados extraordinarios "por prudencia" a cubrir riesgos ante la delicada situación económica. En último lugar, el Banco Popular publicó un beneficio neto atribuido anual de 1.052 millones, un 16,8% menos por la dotación a provisiones realizadas, sin la que la ganancia neta habría crecido el 6,4%.
Blesa ha justificado este repunte a tenor de los datos del paro y la evolución económica; y ha explicado que la mayor morosidad de Caja Madrid proviene de los préstamos a particulares y de las hipotecas. Además, preguntado sobre si la razón podría ser que la entidad concedió más préstamos a inmigrantes que otras, Blesa ha dicho que podría ser, pero no lo ha podido asegurar.
No obstante, a pesar de que Caja Madrid lidera el balance de dudosos en su cartera de créditos, sus previsiones no se distancian tanto de las de su principal competidor, la Caixa, que prevé que la morosidad llegue al 6% en 2009 tras verse multiplicado también por cinco durante el pasado ejercicio hasta el 2,48%. Algo mayor es la tasa del Popular, que ha pasado de tener un 0,83% de su cartera de créditos bajo el epígrafe de dudosos en 2007 hasta el 2,81% a finales de diciembre. A la espera de que el Santander confirme sus datos el miércoles, el BBVA cierra la tabla con un 2,12%.
Volviendo al resultado de Caja Madrid, la caída del beneficio neto atribuido se debe a que en 2007 la entidad logró un resultado récord de 2.861 millones de euros, al que contribuyeron de manera notable las plusvalías de 2.333 millones que ingresó por la venta de su participación en Endesa y otros extraordinarios. A cierre de 2008, la entidad tenía un volumen de negocio de 273.900 millones de euros, un 7,8% superior al de 2007, al tiempo que sus niveles de solvencia se mantenían "sólidos", explica la caja, con un Tier 1 -ratio que mide los recursos propios de mayor calidad- del 7,5%, y una posición de liquidez que superó los 9.000 millones de euros.
El Santander sufre con el caso Madoff
Con estos resultados, la clasificación por beneficios de la banca española la abre un año más el Santander, que ganó 8.876 millones en 2008, un 2,03% menos que en 2007 por el impacto del caso Madoff en sus cuentas y las provisiones por la inversión en RBS y Fortis, entidades que se han hundido en Bolsa. No obstante, el beneficio del negocio típico creció un 9,4%. Asimismo, aunque el balance de 2008 representa su primer descenso de ganancias desde 2002 y no cumple la promesa de llegar a los 10.000 millones, el banco de Emilio Botín se pone a la cabeza del ranking mundial por beneficios, a la espera de conocerse lo hecho por el HSBC y otros bancos chinos.
Por detrás del Santander, el BBVA cerró el año con unas ganancias de 5.020 millones de euros, un 18,1% menos, aunque al igual que su principal competidor tuvo un beneficio recurrente (sin extraordinarios) un 0,2% superior, hasta los 5.414 millones.
En la misma línea, la Caixa, tercera entidad financiera, obtuvo en 2008 un beneficio neto de 1.802 millones, lo que supone un descenso del 27,6% con respecto a 2007, cuando ganó 2.488 millones, por el empleo de los resultados extraordinarios "por prudencia" a cubrir riesgos ante la delicada situación económica. En último lugar, el Banco Popular publicó un beneficio neto atribuido anual de 1.052 millones, un 16,8% menos por la dotación a provisiones realizadas, sin la que la ganancia neta habría crecido el 6,4%.
Los fabricantes de coches reclaman más ayudas tras registrar el peor enero en los últimos 13 años
Las matriculaciones de turismos y todoterrenos se situaron en 59.385 unidades durante el pasado mes de enero, lo que supone un desplome del 41,6% respecto al mismo mes de 2008, han informado hoy las asociaciones de fabricantes (Anfac) y de vendedores (Ganvam). Los datos del pasado mes demuestran, según destacan desde fuentes del sector, que el remozado "plan Vive no es suficiente y se necesitan más medidas para estimular la demanda, al igual que han hecho otros países".
Concretamente, las ventas de coches registran en enero el menor volumen desde el año 1996, cuando se situaron en 53.090 unidades. Además, la caída sufrida en enero es la segunda mayor de la historia para ese mes, tras el descenso récord del 51,6% contabilizado en 1993.
En valores absolutos, en enero de 2009 se vendieron 42.000 coches menos que en el mismo mes del ejercicio precedente, después de que el mercado automovilístico bajara en 450.000 unidades en el conjunto de 2008, con la mayor caída de su historia (-28,1%). No obstante, este descenso del 41,6% de enero, un mes tradicionalmente bueno hasta 2008 para las ventas por que el cambio de año facilita una posterior venta de segunda mano, reduce en algo menos de nueve puntos el desplome de diciembre.
Desde el sector vuelven a insistir ante este panorama en el "grave riesgo que sufre la industria del automóvil en España", donde el parón en las ventas ha afectado ya a unos 10.000 empleos directos y, según informa hoy Serafí del Arco, ha llevado al paro a 36.000 personas del sector auxiliar. Además, de cara al futuro, destacan que los primeros cálculos apuntan a que en 2009 se venderán apenas 900.000 unidades, "volumen que no se producía desde el año 1995".
Para reactivar las matriculaciones desde Anfac reclaman de "manera urgente" medidas para incentivar la demanda, que serian compatibles con el plan Vive 2, que prevé un préstamo a interés cero y que ya están vigentes en varios países de la UE, como Francia (que concede una ayuda directa de 1.000 euros por comprar un coche), Alemania (2.500 euros), Austria (1.500), Italia (1.500), Rumania (1.000) y Portugal (hasta 1.250 euros).
Además, recuerdan desde la patronal, en países como Reino Unido y Suecia, con una producción inferior a la de España se han adoptado medidas de apoyo a la industria en forma de garantías por valor de 2.500 y 3.000 millones de euros, respectivamente.
Concretamente, las ventas de coches registran en enero el menor volumen desde el año 1996, cuando se situaron en 53.090 unidades. Además, la caída sufrida en enero es la segunda mayor de la historia para ese mes, tras el descenso récord del 51,6% contabilizado en 1993.
En valores absolutos, en enero de 2009 se vendieron 42.000 coches menos que en el mismo mes del ejercicio precedente, después de que el mercado automovilístico bajara en 450.000 unidades en el conjunto de 2008, con la mayor caída de su historia (-28,1%). No obstante, este descenso del 41,6% de enero, un mes tradicionalmente bueno hasta 2008 para las ventas por que el cambio de año facilita una posterior venta de segunda mano, reduce en algo menos de nueve puntos el desplome de diciembre.
Desde el sector vuelven a insistir ante este panorama en el "grave riesgo que sufre la industria del automóvil en España", donde el parón en las ventas ha afectado ya a unos 10.000 empleos directos y, según informa hoy Serafí del Arco, ha llevado al paro a 36.000 personas del sector auxiliar. Además, de cara al futuro, destacan que los primeros cálculos apuntan a que en 2009 se venderán apenas 900.000 unidades, "volumen que no se producía desde el año 1995".
Para reactivar las matriculaciones desde Anfac reclaman de "manera urgente" medidas para incentivar la demanda, que serian compatibles con el plan Vive 2, que prevé un préstamo a interés cero y que ya están vigentes en varios países de la UE, como Francia (que concede una ayuda directa de 1.000 euros por comprar un coche), Alemania (2.500 euros), Austria (1.500), Italia (1.500), Rumania (1.000) y Portugal (hasta 1.250 euros).
Además, recuerdan desde la patronal, en países como Reino Unido y Suecia, con una producción inferior a la de España se han adoptado medidas de apoyo a la industria en forma de garantías por valor de 2.500 y 3.000 millones de euros, respectivamente.
La crisis multiplica por cinco los robos de alimentos en los supermercados
Pongámonos en situación. Un supermercado de Palma de Mallorca, hace algunos días. Al final del pasillo, a una prudente distancia y parapetado tras su carro a medio llenar, el detective vigila a la sospechosa de manos indecisas, convencido de que no tardará mucho en delatarse. Con sus maneras de principiante, con esa torpeza que traiciona a quien tiene remordimientos de conciencia, la presunta delincuente mira a derecha e izquierda, se abre ligeramente el abrigo e introduce dentro el preciado botín. No llegará muy lejos. Antes de que abandone el local, el vigilante de seguridad le cierra el paso para someterla al incómodo interrogatorio. Llega el momento de dar explicaciones. Primero, quién es la ladrona. Nada de una «raterilla» de tres al cuarto: una mujer de mediana edad, y bien vestida. Después, el objeto sustraído. Veamos qué esconde: una bandeja de muslitos de pollo. Y lo peor, el móvil del robo: «Señor, lo necesito para comer».
El «hurto famélico»
¿Un detective en el supermercado? La escena puede parecer una mera anécdota con su punto de surrealismo, pero es mucho más que eso. Sirve para ilustrar una realidad que corroboran la Policía, los dueños de las tiendas y las empresas de seguridad: la crisis económica ha disparado los robos de comida y artículos de primera necesidad. Hay quien incluso afirma que se han quintuplicado. El jamón york o el embutido han destronado a la colonia de marca. Es lo que en el argot se conoce como el «hurto famélico».
Hay otros síntomas. Desde Navidades, algunas grandes superficies han comenzado a guardar las latas de conserva en cajas de cristal con dispositivo antirobo –como las que se usan para proteger los cd– en un intento desesperado por evitar que los clientes se las metan en los bolsillos como quien se guarda un móvil. Además, las empresas de seguridad se han forrado vendiendo sistemas antihurto.Por partes. Lo primero, lo del «espía» del «súper». A las puertas de la agencia de investigadores Cabanach han llamado ya más de 15 cadenas de hipermercados de Baleares pidiendo ayuda para poner fin a la sangría de robos. El resultado tiene un toque deprimente. «En los últimos meses, la pérdida desconocida de género en las grandes superficies ha crecido un 500% –explica el director general de la agencia, Juan Carlos Cabanach–. Antes, lo que más se robaba era alcohol para el botellón o la cuchilla Mach 3 de Gillette, que era cara y se revendía bien. Ahora lo que se llevan es un kilo de arroz, un kilo de azúcar o muslos de pollo. Es el reflejo de lo que está ocurriendo».
Esta realidad tiene un quién. Un cómo. Y un por qué. Según ha constatado Cabanach, el perfil de los nuevos ladrones es el de personas de mediana edad, en muchos casos amas de casa. Su modus operandi deja mucho que desear. «Van metiendo cosas en los carros para después pagarlas, pero mientras tanto se van guardando otras en los bolsos o los abrigos –explica Cabanach–. Pero lo hacen de forma muy torpe. Se les ve enseguida». Lo peor es cuando tienen que explicar por qué lo hacen: «Muchos reaccionan con violencia verbal, pero cada vez vemos más gente mayor que se derrumba cuando les pillan».
«No tengo dinero»
José Luis Bastida, gerente de una tienda de Ahorramás en Madrid, ha constatado que, desde hace un año, los robos se producen casi a diario. «Latas, chorizo, jamón... Son cosas que antes no se llevaban. En muchos casos son personas mayores del barrio que antes compraban aquí. Hace un mes pillamos a un hombre que escondía un bote de body milk. Nos dijo que era para su mujer porque no tenía dinero para comprárselo». ¿Cómo reaccionar en estos casos? Bastida admite que, una vez que les devuelven el género, no queda mucho más que hacer. A mano tienen una excusa jurídica: lo suyo es un robo sin violencia que no comporta castigo penal. Pero más de uno admite tener más apego a la excusa moral, esa que le sugiere que el verdadero chorizo que tiene delante es el que el abochornado ladrón sostiene, envasado, entre sus manos.Para no tener que llegar a estas situaciones, otros prefieren prevenir antes que curar. Es la única salida que le ha quedado a una gran superficie, que ha empezado a guardar en cajas de seguridad sus latas de conserva, un sistema que empezó a emplear en sus productos más caros y que ha dado resultado. «Desde después de Navidades estamos metiendo cada vez más productos en cajas –admite un dependiente–, porque las latas ‘‘vuelan’’ sin que nos demos cuenta. Y acabaremos haciéndolo con más artículos». En este caso es un estante entero de latas de conserva, desde el atún hasta los berberechos. Y no sólo eso. También se ha optado por encerrar en vitrinas bajo llave, durante algunas horas del día, productos como el salmón, las piezas de bacalao o el caviar negro y rojo, de tal forma que para comprarlo haya que pedir al encargado que abra la «caja fuerte». Se pierden clientes, quizás. Pero se ahuyenta a los ladrones sibaritas.
La cadena veterana en esto de encerrar en cajas las conservas es Caprabo, aunque los dispositivos de seguridad se han extendido ya al vino e incluso al aceite de oliva. Aunque robos ha habido siempre, la opinión mayoritaria es que ahora desaparecen los artículos de primera necesidad. «Hemos pedido más vigilantes de seguridad, porque los robos se han duplicado en sólo unos meses», afirma Ainhoa López, gerente de un Eroski Center. «¿Duplicado? Y más, bastante más», reconoce la responsable de una tienda Lidl.
El «hurto famélico»
¿Un detective en el supermercado? La escena puede parecer una mera anécdota con su punto de surrealismo, pero es mucho más que eso. Sirve para ilustrar una realidad que corroboran la Policía, los dueños de las tiendas y las empresas de seguridad: la crisis económica ha disparado los robos de comida y artículos de primera necesidad. Hay quien incluso afirma que se han quintuplicado. El jamón york o el embutido han destronado a la colonia de marca. Es lo que en el argot se conoce como el «hurto famélico».
Hay otros síntomas. Desde Navidades, algunas grandes superficies han comenzado a guardar las latas de conserva en cajas de cristal con dispositivo antirobo –como las que se usan para proteger los cd– en un intento desesperado por evitar que los clientes se las metan en los bolsillos como quien se guarda un móvil. Además, las empresas de seguridad se han forrado vendiendo sistemas antihurto.Por partes. Lo primero, lo del «espía» del «súper». A las puertas de la agencia de investigadores Cabanach han llamado ya más de 15 cadenas de hipermercados de Baleares pidiendo ayuda para poner fin a la sangría de robos. El resultado tiene un toque deprimente. «En los últimos meses, la pérdida desconocida de género en las grandes superficies ha crecido un 500% –explica el director general de la agencia, Juan Carlos Cabanach–. Antes, lo que más se robaba era alcohol para el botellón o la cuchilla Mach 3 de Gillette, que era cara y se revendía bien. Ahora lo que se llevan es un kilo de arroz, un kilo de azúcar o muslos de pollo. Es el reflejo de lo que está ocurriendo».
Esta realidad tiene un quién. Un cómo. Y un por qué. Según ha constatado Cabanach, el perfil de los nuevos ladrones es el de personas de mediana edad, en muchos casos amas de casa. Su modus operandi deja mucho que desear. «Van metiendo cosas en los carros para después pagarlas, pero mientras tanto se van guardando otras en los bolsos o los abrigos –explica Cabanach–. Pero lo hacen de forma muy torpe. Se les ve enseguida». Lo peor es cuando tienen que explicar por qué lo hacen: «Muchos reaccionan con violencia verbal, pero cada vez vemos más gente mayor que se derrumba cuando les pillan».
«No tengo dinero»
José Luis Bastida, gerente de una tienda de Ahorramás en Madrid, ha constatado que, desde hace un año, los robos se producen casi a diario. «Latas, chorizo, jamón... Son cosas que antes no se llevaban. En muchos casos son personas mayores del barrio que antes compraban aquí. Hace un mes pillamos a un hombre que escondía un bote de body milk. Nos dijo que era para su mujer porque no tenía dinero para comprárselo». ¿Cómo reaccionar en estos casos? Bastida admite que, una vez que les devuelven el género, no queda mucho más que hacer. A mano tienen una excusa jurídica: lo suyo es un robo sin violencia que no comporta castigo penal. Pero más de uno admite tener más apego a la excusa moral, esa que le sugiere que el verdadero chorizo que tiene delante es el que el abochornado ladrón sostiene, envasado, entre sus manos.Para no tener que llegar a estas situaciones, otros prefieren prevenir antes que curar. Es la única salida que le ha quedado a una gran superficie, que ha empezado a guardar en cajas de seguridad sus latas de conserva, un sistema que empezó a emplear en sus productos más caros y que ha dado resultado. «Desde después de Navidades estamos metiendo cada vez más productos en cajas –admite un dependiente–, porque las latas ‘‘vuelan’’ sin que nos demos cuenta. Y acabaremos haciéndolo con más artículos». En este caso es un estante entero de latas de conserva, desde el atún hasta los berberechos. Y no sólo eso. También se ha optado por encerrar en vitrinas bajo llave, durante algunas horas del día, productos como el salmón, las piezas de bacalao o el caviar negro y rojo, de tal forma que para comprarlo haya que pedir al encargado que abra la «caja fuerte». Se pierden clientes, quizás. Pero se ahuyenta a los ladrones sibaritas.
La cadena veterana en esto de encerrar en cajas las conservas es Caprabo, aunque los dispositivos de seguridad se han extendido ya al vino e incluso al aceite de oliva. Aunque robos ha habido siempre, la opinión mayoritaria es que ahora desaparecen los artículos de primera necesidad. «Hemos pedido más vigilantes de seguridad, porque los robos se han duplicado en sólo unos meses», afirma Ainhoa López, gerente de un Eroski Center. «¿Duplicado? Y más, bastante más», reconoce la responsable de una tienda Lidl.
El Foro Económico Mundial concluye sin alternativas claras
En el Foro Económico Mundial que se ha celebrado en la localidad suiza de Davos, los expertos financieros han destacado que la intervención estatal en los bancos va a obligar a las entidades a ser más transparentes en sus cuentas de resultados, en las que deberán mostrar sus productos financieros complejos. Además, los bancos tendrán que ofrecer incentivos para evitar riesgos excesivos, asegurar una gestión de riesgo prudente y limitar la retribuciones a sus ejecutivos.
En la próxima reunión del G-20, que se celebrará el 2 de abril en Londres, se concretarán los principios comunes y las acciones para reformar los mercados financieros.
Intervención estatalLa intervención de los bancos se ha producido en la mayor parte de las economías avanzadas, como EEUU, Reino Unido y Alemania, e incluye medidas como adquisiciones negociadas, nacionalizaciones descaradas, créditos de emergencia, inyecciones de liquidez para levantar el mercado de préstamo a corto plazo y garantías estatales a los préstamos interbancarios, recuerda el Foro Económico Mundial en un informe.
El profesor de Economía de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini ha explicado que la crisis financiera ha impulsado la introducción o expansión de planes de seguros de depósito y riesgo. Así, los bancos estarían obligados a comprar seguros para cubrir sus riesgos de pérdida y de este modo podrían limitar sus riesgos, se obtendría una estimación de mercado de este riesgo y reduciría el coste fiscal de los planes de rescate de los gobiernos.
Roubini también ha señalado que el sector privado no puede aportar el capital suficiente para asegurar los bancos, y que por ello los gobiernos podrían proporcionar una parte.
Mayor regulación en las entidades financieras Por otro lado, los bancos que no han sido nacionalizados van a notar los efectos de la intervención estatal ya que compiten con entidades respaldadas por garantías, algo que observó estos días en Davos Ana Patricia Botín, miembro del Consejo de Administración del Banco Santander y presidenta de Banesto, al destacar que los grandes bancos españoles pagan ahora un precio mayor por sus fondos que los alemanes.
La entrada de los estados en los bancos va a conducir a un incremento de la regulación de las entidades financieras que se benefician de los programas de rescate para asegurar que los fondos de los contribuyentes son gestionados correctamente.
En la próxima reunión del G-20, que se celebrará el 2 de abril en Londres, se concretarán los principios comunes y las acciones para reformar los mercados financieros.
Intervención estatalLa intervención de los bancos se ha producido en la mayor parte de las economías avanzadas, como EEUU, Reino Unido y Alemania, e incluye medidas como adquisiciones negociadas, nacionalizaciones descaradas, créditos de emergencia, inyecciones de liquidez para levantar el mercado de préstamo a corto plazo y garantías estatales a los préstamos interbancarios, recuerda el Foro Económico Mundial en un informe.
El profesor de Economía de la Universidad de Nueva York Nouriel Roubini ha explicado que la crisis financiera ha impulsado la introducción o expansión de planes de seguros de depósito y riesgo. Así, los bancos estarían obligados a comprar seguros para cubrir sus riesgos de pérdida y de este modo podrían limitar sus riesgos, se obtendría una estimación de mercado de este riesgo y reduciría el coste fiscal de los planes de rescate de los gobiernos.
Roubini también ha señalado que el sector privado no puede aportar el capital suficiente para asegurar los bancos, y que por ello los gobiernos podrían proporcionar una parte.
Mayor regulación en las entidades financieras Por otro lado, los bancos que no han sido nacionalizados van a notar los efectos de la intervención estatal ya que compiten con entidades respaldadas por garantías, algo que observó estos días en Davos Ana Patricia Botín, miembro del Consejo de Administración del Banco Santander y presidenta de Banesto, al destacar que los grandes bancos españoles pagan ahora un precio mayor por sus fondos que los alemanes.
La entrada de los estados en los bancos va a conducir a un incremento de la regulación de las entidades financieras que se benefician de los programas de rescate para asegurar que los fondos de los contribuyentes son gestionados correctamente.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)